¿Por qué siempre me siento cansado? Científicos creen haber encontrado una de las razones
Sentirte cansado todo el tiempo no es normal. Científicos ahora descubrieron una nueva razón que podrían estar afectando tu energía y que se suma a los sospechosos de siempre.

Comenzar el día sin la energía, o sentirte constantemente fatigado sin razón aparente son síntomas que muchos podrían atribuir al estrés o a la falta de descanso. Sin embargo, podrían en realidad ser señales de algo mucho más profundo
Especialistas señalan que aunque factores como el estrés y la falta de sueño suelen ser los culpables, las deficiencias nutricionales, especialmente de vitaminas esenciales, también pueden desempeñar un papel significativo en la fatiga crónica.
¿Por qué siempre me siento cansado? Científicos creen haber encontrado una de las razones
Sentirse constantemente fatigado es una queja común en la sociedad actual. Según una encuesta de 2022 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, su sigla en inglés), el 13,5% de los adultos en EE.UU. informaron sentirse “muy cansados” o “agotados” la mayoría de los días o todos los días durante un período de tres meses. Este porcentaje aumentó a poco más del 20% entre las mujeres de 18 a 44 años.
En Chile, un estudio de Laborum 2024, arrojó que el 89% de trabajadores chilenos experimentan “síndrome de burnout”, caracterizado por altos niveles de agotamiento emocional, y de estrés que incide en una disminución de la productividad, y en el bienestar laboral, afectando como consecuencia la salud mental y física de las personas.

Ahora, científicos daneses creen haber encontrado otra explicación a esta constante sensación de cansancio permanente.
Y ese nuevo responsable sería un accidente isquémico transitorio, también conocido como miniaccidente cerebrovascular. Este tipo de accidentes se define generalmente como un bloqueo temporal del flujo sanguíneo al cerebro que causa síntomas que desaparecen en un día.
Sin embargo, un nuevo estudio revela que las personas que sufren este tipo de accidente cerebrovascular también pueden presentar fatiga prolongada que dura hasta un año. El estudio se publicó el 14 de mayo de 2025 en línea en Neurology, la revista médica de la Academia Americana de Neurología (AAN). El estudio no demuestra que los miniaccidentes cerebrovasculares causen fatiga duradera; solo muestra una asociación.
“Las personas que sufren un accidente isquémico transitorio pueden presentar síntomas como caída del rostro, debilidad en los brazos o dificultad para hablar, que se resuelven en un día”, afirmó en un comunicado el autor del estudio, el Dr. Boris Modrau, del Hospital Universitario de Aalborg (Dinamarca). “Sin embargo, algunas personas han reportado problemas persistentes, como una menor calidad de vida, dificultades para pensar, depresión, ansiedad y fatiga. Nuestro estudio reveló que, en algunas personas, la fatiga era un síntoma común que persistió hasta un año después del accidente isquémico transitorio”.

El estudio involucró a 354 personas con una edad promedio de 70 años que sufrieron un miniaccidente cerebrovascular. Se les realizó un seguimiento durante un año.
Los participantes completaron cuestionarios sobre su nivel de fatiga durante las dos primeras semanas posteriores al mini accidente cerebrovascular y nuevamente a los tres, seis y doce meses después.
Un cuestionario analizó cinco tipos diferentes de fatiga:
1.Cansancio general
2. Cansancio físico
3. Disminución de la actividad
4. Disminución de la motivación
5. Fatiga mental.
Las puntuaciones oscilaron entre 4 y 20, indicando las puntuaciones más altas una mayor fatiga. Los participantes tenían una puntuación media de 12,3 al inicio del estudio. A los tres meses, la puntuación media disminuyó ligeramente a 11,9, a los seis meses a 11,4 y a los doce meses a 11,1.
Los investigadores analizaron cuántos participantes experimentaron fatiga, definida como una puntuación de 12 o superior. El 61 % experimentó fatiga dos semanas después del miniaccidente cerebrovascular y el 54 % experimentó fatiga en cada uno de los otros tres periodos de prueba, a los tres, seis y 12 meses.
Los participantes también se sometieron a escáneres cerebrales. Los investigadores descubrieron que la presencia de un coágulo en un escáner era igual entre las personas con fatiga crónica y las que no la presentaban, por lo que esto no explicaba el nivel de fatiga.
Los investigadores descubrieron que la ansiedad o depresión previa era dos veces más común entre aquellos participantes que informaron fatiga duradera.
“La fatiga a largo plazo fue común en nuestro grupo de participantes del estudio, y descubrimos que si las personas experimentan fatiga dentro de las dos semanas posteriores al alta hospitalaria, es probable que continúen padeciéndola hasta un año”, afirmó Modrau. “Para futuros estudios, se debería hacer un seguimiento de las personas diagnosticadas con un accidente isquémico transitorio durante las semanas y meses posteriores para evaluar la posible presencia de fatiga persistente. Esto podría ayudarnos a comprender mejor quiénes podrían padecer fatiga a largo plazo y requerir atención adicional”.
Una limitación del estudio fue que, si bien se pidió a los participantes que completaran los cuestionarios ellos mismos, es posible que algunas respuestas se hayan completado con ayuda de familiares o cuidadores y esto puede haber influido en las respuestas, incluidas aquellas relacionadas con la fatiga.
Otros cuatro sospechosos de esta
Según la Dra. Katelynn Sheaffer, médica de medicina familiar del Centro Ambulatorio Duncannon de Penn State Health de EE.UU., el cansancio se puede agrupar en tres categorías principales:
1. Nutrición
2. Estilo de vida y estrés
3. Razones de salud subyacentes.
1. Nutrición: vitaminas y dieta
Vitamina D
La vitamina D es crucial para la salud ósea y muscular, y su deficiencia puede manifestarse en síntomas como fatiga, dolor óseo y debilidad muscular.
La Encuesta Nacional de Salud del año 2016 fue el primer estudio poblacional en Chile que arrojó datos acerca de la vitamina D en Chile. La medición dio cuenta de que la población con algún grado de deficiencia de vitamina D en el país llega al 84%.
Las fuentes dietéticas de vitamina D incluyen pescados grasos como el salmón y las sardinas, productos lácteos fortificados y yemas de huevo. Para vegetarianos y veganos, opciones como leches vegetales fortificadas y ciertos tipos de hongos pueden ser alternativas viables.
La exposición al sol también es una fuente significativa de vitamina D, pero factores como el uso de protector solar, la pigmentación de la piel y la ubicación geográfica pueden influir en la síntesis cutánea de esta vitamina.
La cantidad diaria recomendada de vitamina D varía según la edad: 400 unidades internacionales (UI) para bebés hasta 12 meses, 600 UI para personas de 1 a 70 años y 800 UI para mayores de 70 años.
“Un poco más de 5 onzas (150 gramos) de filete de salmón rojo tiene alrededor de 800 UI de vitamina D. Si tiene un nivel bajo de alguna vitamina, su médico puede recetarle una dosis más alta que la cantidad diaria recomendada para elevar sus niveles en sangre a la normalidad”, dijo Begdache.

Vitamina B12
La vitamina B12 es esencial para la producción de glóbulos rojos y el funcionamiento adecuado del sistema nervioso. Aproximadamente el 20% de las personas tiene niveles inadecuados de B12, lo que puede conducir a anemia y, en consecuencia, a fatiga.
Las principales fuentes de vitamina B12 son alimentos de origen animal, como carnes, pescados, productos lácteos y huevos. Esto representa un desafío para vegetarianos y veganos, quienes deben considerar suplementos de B12 para evitar deficiencias. Sin embargo, en la actualidad, no es necesario ser vegetariano o vegano para tener un déficit de B12. De hecho, cada vez más personas omnívoras (que añaden carne en sus dietas) tienen bajos niveles de esta vitamina, principalmente por problemas de absorción de nutrientes.
La cantidad diaria recomendada para personas mayores de 4 años es de 2,4 microgramos, cantidad que se encuentra en aproximadamente 85 gramos de atún o salmón del Atlántico.
Ácidos grasos omega-3
Los ácidos grasos omega-3 son fundamentales para la salud cerebral y el bienestar emocional. Una deficiencia en estos ácidos grasos puede conducir a niveles más altos de ansiedad y depresión, lo que contribuye a la fatiga.
Las mejores fuentes de omega-3 son los pescados grasos. Para quienes siguen una dieta vegana, las semillas de lino, chía y nueces son buenas alternativas. Sin embargo, es importante destacar que los omega-3 de origen vegetal no se absorben tan eficientemente como los provenientes del pescado.
2. Dieta
Los hábitos alimenticios inadecuados y las deficiencias de vitaminas pueden manifestarse como fatiga general. Por ejemplo, consumir almuerzos ricos en carbohidratos puede provocar picos y caídas en los niveles de azúcar en sangre, resultando en una sensación de cansancio.
Para combatir la fatiga relacionada con la dieta, se recomienda:
- Mantener niveles equilibrados de azúcar en sangre: optar por carbohidratos complejos, como granos integrales, en lugar de panes blancos o arroz blanco.
- Evitar azúcares procesados, especialmente cerca de la hora de dormir.
- Mantenerse hidratado: consumir al menos dos botellas de 16 onzas de agua al día; una antes del almuerzo y otra antes de finalizar la jornada laboral.
3. Estilo de vida y estrés
“La dieta no lo es todo. La luz solar, el ejercicio, dormir mejor y controlar el estrés son factores cruciales para reducir la fatiga”, dijo Begdache.
El estilo de vida desempeña un rol crucial en los niveles de energía. La Dra. Sheaffer destaca que las exigencias de la vida a menudo conducen a estrés crónico y agotamiento.
En ese sentido, sugirió incorporar cambios en el estilo de vida, como:
- Tomar tiempo libre regularmente . “Estudiamos a las enfermeras que se tomaron tiempo libre remunerado en comparación con las que no lo hicieron”, dijo Sheaffer. “Quienes se tomaron tiempo libre tuvieron menos probabilidades de sufrir enfermedades cardíacas, infartos, accidentes cerebrovasculares y depresión”.
- Establecer límites entre el trabajo y el tiempo personal.
- Hacer ejercicio para producir más energía. Entrenar aumenta la energía y el estado de ánimo, al mejorar el flujo sanguíneo y ayudar a liberar endorfinas, hormonas que el cuerpo produce para aliviar el dolor o el estrés.
4. Problemas de salud subyacentes
La fatiga persistente también puede ser un síntoma de problemas de salud subyacentes. La Dra. Sheaffer explica que afecciones como la anemia, la diabetes, las enfermedades tiroideas y los trastornos del sueño pueden estar detrás de la sensación constante de cansancio.
“Si el cansancio ha durado más de seis meses sin una causa aparente, es hora de hablar con tu médico”, aconsejó Sheaffer. “Estar cansado todo el tiempo no es inofensivo. Puede afectar tu salud mental, tu salud sexual y tu calidad de vida en general”.
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