Brics: el “presente griego” de Lula que complica a La Moneda
La invitación del mandatario brasileño para que Chile se sume a los Brics activó las alarmas en el mundo político y diplomático chileno por el riesgo de aparecer alineados con un bloque en medio de la guerra comercial. Con más detractores que partidarios de dar este paso, La Moneda ya decidió ir a la cumbre de los Brics, pero no entrar a ese foro.

“En Chile defendemos la autonomía estratégica de nuestro país y decimos que la soberanía radica no sólo en el respeto a las fronteras materiales, sino en la decisión libre y soberana de poder decidir con quién y cuándo comerciar. Porque el comercio es el encuentro entre pueblos, y nosotros queremos encontrarnos con todos los pueblos, no tener que optar por uno u otro por imposición”, dijo el Presidente Gabriel Boric el martes 13 de mayo en Beijing, durante la inauguración de la cuarta reunión de ministros de Relaciones Exteriores del foro China-Celac.
El tono más constreñido de los discursos del Mandatario chileno durante su reciente paso por China fue recibido con alivio en el ambiente diplomático chileno. Hasta entonces había nerviosismo y preocupación por lo que podían ser los gestos de acercamiento al gigante asiático en medio de la guerra comercial desatada por el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Aún están frescas las fuertes críticas que había hecho Boric a Trump a inicios de abril, en la gira a India. Cuando, anticipándose al alza de aranceles, dijo que Trump “pareciera pretender ser un nuevo emperador”, y se colocó en sus antípodas al decir que “representa todo aquello a lo que me opongo”.
Por lo mismo, no eran pocas las voces de expertos y exautoridades de la Cancillería chilena -muchos ligados al oficialismo- que alertaban sobre los riesgos que tenía para Chile en estos momentos el que el Presidente Boric hubiese aceptado la invitación que le extendió su par brasileño, Lula Da Silva, hace sólo un par de semanas, para asistir a Beijing al encuentro de la Celac con China. Más aún si a ese gesto se sumaba el ir el 6 de julio a Río de Janeiro a la cita de los países del Brics, el foro político y económico creado en 2010 por Brasil, India, Rusia, China y Sudáfrica para contrarrestar el peso de EE.UU. y la Unión Europea en el escenario mundial.
“A todas luces, la invitación y los ofrecimientos de Lula terminaron siendo un ‘presente griego’ para el Presidente Boric, porque lo dejaron acorralado”, dijo a La Tercera el exsubsecretario de Relaciones Exteriores y exembajador Cristián Barros.
Trump ha elevado la presión sobre los países de América Latina, incluido Chile, para que se salgan de la Ruta de la Seda -la principal estrategia del gobierno chino para fortalecer su comercio con el mundo- y frenen la llegada de inversiones chinas al continente, especialmente en áreas de infraestructura, tecnología, minería y energía.
“EE.UU. les ha pedido a todos los países latinoamericanos, incluido Chile, que se salgan de la Ruta de la Seda. Pero esta discusión ha sido un poco bizantina. Los estadounidenses no tienen completamente claro por qué están pidiendo esto a Chile. Le hemos explicado que Chile no tiene en su territorio proyectos de inversión chinos asociados a la Ruta de la Seda, por lo que no tendría sentido que tomáramos distancia de China. Pero ellos nos dicen que para qué queremos estar con China si no tenemos proyectos”, señala uno de los representantes chilenos en las negociaciones en marcha en Washington.

Fueron a esas presiones estadounidenses a las que se refirió el Mandatario chileno, nada menos que desde Beijing.
La sombra de los Brics
“Chile no tenía por qué llegar a la cumbre de la Celac en Beijing con ese nivel de representación. Este era un encuentro de cancilleres, no tenía necesariamente que ir el Presidente Boric”, indicó el exembajador de Chile en las Naciones Unidas Milenko Skoknic.
El trasfondo de las críticas desde el mundo diplomático a las señales que ha estado dando el gobieno de Boric apuntan principalmente al momento en que estas se dan.
Las negociaciones con EE.UU. han avanzado lentamente y, aunque ya se han visto avances preliminares, los que han sido calificados como positivos por los representantes chilenos, se está lejos de alcanzar un acuerdo.
“Para EE.UU. es imposible no concatenar la reciente visita del Presidente a China por la Celac con su próxima participación en la cumbre de los Brics en Río. Para ellos es evidente que hay un mayor acercamiento de Chile a China”, afirman a La Tercera varios diplomáticos chilenos que pidieron reserva de sus nombres.
Hasta esta semana, añaden las mismas fuentes, el gobierno de Boric había sido poco transparente respecto de los alcances de la invitación que hizo Lula a Boric para que vaya a la cita de los Brics el próximo 6 de julio. Tampoco había claridad sobre el interés de La Moneda de sumarse o no a este foro político y comercial.
Fue precisamente desde China, el martes pasado, cuando el gobierno ratificó la respuesta al mandatario brasileño. Ya se zanjó que será el Presidente Boric el que encabezará la delegación chilena que irá a la cumbre de los Brics. Una decisión que para muchos sigue siendo “riesgosa”, por el momento que se está viviendo.
Desde la Cancillería han intentado minimizar esos eventuales riesgos. En ese sentido, comparan esta invitación con la que le extendió Lula a Boric a la Cumbre del G-20, en noviembre de 2024.
Pero ahora es diferente. El último año, Brasil, China y Rusia han desplegado importantes esfuerzos para ampliar y fortalecer al grupo de los Brics. A los cinco estados miembros originales se sumaron recientemente Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Etiopía e Irán como socios. Y en enero ingresaron como “estados asociados” al foro: Bolivia, Bielorrusia, Cuba, Indonesia, Kasajistán, Uganda, Uzbekistán y Tailandia.
De esa forma, Brics representa el 40,4% de la riqueza producida y el 51% de la población mundial.
A fines de 2023, Argentina también fue invitado a unirse al grupo. Aunque el entonces Presidente Alberto Fernández aceptó, el ingreso no se ejecutó. Apenas llegó a la Casa Rosada, Javier Milei retiró al país de los Brics. Una experiencia que han tenido muy en cuenta en el gobierno chileno para no repetir un paso en falso.
En una situación diferente se encuentra Arabia Saudita. El reino saudí fue invitado a sumarse a los Brics. Antes de responder, se están tomando con calma la evaluación de los pros y contras, dejando en claro que no se apresurarán a dar una respuesta. Un camino similar al que ahora evalúan en Chile.
“(Integrarse) es parte de un debate abierto, legítimo, pero Chile no ha optado por ninguna posición distinta al respecto. Nosotros somos miembros de distintas agrupaciones económicas y tenemos que evaluar esa posibilidad en su propio mérito, si hay beneficios especiales producto de una posible participación. Pero es un tema que no es prioritario”, dijo el canciller Alberto van Klaveren el martes en Beijing.
En la Cancillería admiten que hasta la invitación de Lula, el Brics no era tema de debate en Chile. “Más que China, hoy es la presencia de Rusia lo que genera incomodidad en el gobierno chileno”, señalan fuentes diplomáticas chilenas.

La ampliación del bloque comenzó justo después de la invasión de Rusia a Ucrania. Por lo que para Chile, y en especial para Boric -uno de los principales aliados en la región del Presidente ucraniano, Volodimir Zelensky-, no sería fácil sentarse en la misma mesa con el líder ruso, Vladimir Putin.
“En este tema Cancillería, Presidencia y el Segundo Piso de La Moneda estamos plenamente alineados”, señalan fuentes de RR.EE. “Respecto de la invitación de Lula, estamos todos de acuerdo en que hay que acogerla, pero ir a Río no implica avanzar en un ingreso de Chile a los Brics”, remarcan.
“No está todavía en evaluación la posibilidad de incorporarnos a ese grupo de países”, señaló este viernes la subsecretaria de Relaciones Internacionales, Gloria de la Fuente.
Que la Cancillería declare este tema como “no prioritario” es una clara señal de que no hay interés por apresurar la adhesión.
“Lo usual es que los bloques comerciales surjan por algún tipo de afinidad, ya sea local, política o cultural, y por una coincidencia o similitud sobre cómo abordar el comercio y la política exterior. Esa vinculación, en el caso de los Brics, es muy inorgánica. Porque los estados miembros de los Brics son muy disímiles, pertenecen a regiones diferentes y tienen formas diferentes de enfrentar los temas comerciales. Además, no hay evidencia de que sea conveniente para Chile desde un punto de vista comercial el ingresar a este foro”, señalan desde la Cancillería chilena.
Es más, los cálculos que se hacen en Santiago no favorecen la idea de sumarse a los Brics. Chile ya cuenta con acuerdos comerciales con gran parte de las naciones que integran ese bloque, partiendo por China e India, países que Boric ha visitado y puesto entre sus prioridades internacionales durante este año. Tampoco tendría beneficios adicionales en el fortalecimiento de las relaciones con Brasil.
Esta posición no sólo la comparten las autoridades de Cancillería. También la defiende desde el Segundo Piso de La Moneda Carlos Figueroa, asesor internacional del Presidente, quien ha estado “monitoreando permanentemente” las negociaciones que se llevan adelante con EE.UU.
En el influyente Foro Permanente de Relaciones Exteriores -por su cercanía al canciller Van Klaveren- los miembros del directorio y algunos de sus asociados -entre ellos exautoridades de la Cancillería, exembajadores y expertos en temas internacionales- discutieron el tema a raíz de la invitación de Lula a Boric. Sólo dos de sus miembros, Carlos Ominami y el exembajador de Chile en China Jorge Heine, se mostraron partidarios de un acercamiento de Chile a los Brics. La mayoría de los asistentes a ese encuentro, como José Miguel Insulza, Cristián Barros, Edgardo Riveros, Mariano Fernández y el embajador de Chile en Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés, estuvieron en contra. Todos ellos defendieron la tesis de mantener a Chile en un “no alineamento activo”.
“Como dice el Presidente Boric, la autonomía estratégica para Chile es demasiado importante para ponerla en cuestión acercándose a un determinado foro. Y entrar a los Brics, a mi juicio, es una forma de alineamiento”, dijo el exsubsecretario de RR.EE. Cristián Barros.
Otro de los detractores es el excanciller Heraldo Muñoz. “Resulta razonable asistir a la reunión de julio. Pero entre los miembros del grupo hay incoherencias de políticas económicas, comerciales y de política en ciertos temas, por lo que habría que evaluar cuidadosamente si a Chile le conviene ser, por ejemplo, miembro asociado”.
La defensa de los Brics
Uno de los principales impulsores de la idea de que Chile se convierta en miembro asociado del Brics es el exsubsecretario de Relaciones Internacionales Económicas (Subrei) José Miguel Ahumada (FA).
La exautoridad ha empujado la idea a través de diferentes columnas de opinión. “La política exterior chilena debe superar la inercia y tomar una posición más asertiva”, escribió Ahumada en enero de este año junto al académico Andrés Bórquez. Chile “tiene ante sí una oportunidad fundamental: convertirse en el primer país de la cuenca americana Pacífico en integrarse como miembro asociado al Brics”, dijo, y añadió que este año, en que Brasil tenía la presidencia del grupo, “es el momento propicio para que nuestro país dé el salto”.

La propuesta, sin embargo, no estaba en los planes originales de Boric al llegar al gobierno. Así lo recuerda el senador frenteamplista Juan Ignacio Latorre, quien fue coordinador programático en el ámbito internacional para la campaña presidencial de Boric, donde sí se planteó el diseño de “autonomía estratégica” en política internacional y comercial. Hasta ahora, añade Latorre, el Frente Amplio no ha tomado una posición respecto de los Brics.
No obstante, defiende la idea. “Chile podría acercarse de manera gradual al Brics, entendiendo que ya tiene relaciones estrechas de cooperación, que son estratégicas, con algunos de sus países, como Brasil, India, China. Hay varios países que tienen un tipo de asociación distinta a los Brics y un acercamiento de ese tipo podría ser positivo para la estrategia de diversificación y fortalecimiento del multilateralismo en un contexto de incertidumbre y de guerra comercial que ha liderado Trump desde EE.UU.”, dijo Latorre.
Por otra parte, el Partido Comunista chileno, liderado por Lautaro Carmona, también ha defendido la idea de sumar a Chile a los Brics. Así lo dejó establecido en el último congreso del PC: “Somos partidarios de la incorporación de Chile a los Brics como una oportunidad estratégica para reducir la dependencia de la hegemonía estadounidense y promover una mayor autonomía en las relaciones internacionales”.
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