
Reportaje de la BBC revela nuevas atrocidades cometidas por las fuerzas especiales británicas en Afganistán
En uno de los casos más graves expuestos por el medio británico está la muerte de un afgano herido que fue degollado por un militar, quien pidió a su superior que no le disparara porque quería “sangre para el cuchillo”.

Exmiembros de las fuerzas especiales británicas revelaron nuevas atrocidades perpetradas “rutinariamente” durante años por militares británicos en Afganistán, tales como ejecuciones de menores de edad detenidos, falsificación de informes o colocación de armas en cadáveres para evitar investigaciones.
“Maniataron a un niño y le dispararon. Era un niño. No estaba ni siquiera cerca de la edad en podría combatir”, recordó un veterano del Servicio Aéreo Especial (SAS) en declaraciones al programa de investigación de la BBC Panorama, emitido este lunes.
Estos testimonios corroboran investigaciones periodísticas y de asociaciones como Acción sobre Violencia Armada que alertaban de este tipo de crímenes y de la falta de mecanismos para la rendición de cuentas. Además hay una investigación oficial sobre supuestas ejecuciones de civiles durante operaciones nocturnas en la provincia de Helmand entre 2010 y 2011.
El programa de la BBC deja entrever un patrón en este tipo de comportamientos durante las operaciones del SAS y del Servicio Especial de Embarcaciones (SBS) en las que se realizaban escasos o nulos esfuerzos para capturar a objetivos con vida.
Los que sí eran apresados o se entregaban podían ser asesinados después, algunos de ellos mientras estaban maniatados o durmiendo, para más tarde colocarles armas y simular así un enfrentamiento. “Registraban a alguien, le maniataban y después le disparaban. Después le ponían una pistola o una granada”, relató otro veterano del SAS.
“He visto cambiar a los tipos más tranquilos, mostrar comportamientos psicopáticos graves. Estaban desatados. Se sentían intocables”, ha añadido un veterano del SBS, un cuerpo hasta ahora ajeno a estas denuncias.
En varios de los testimonios se mencionan casos de personas heridas o incapacitadas que fueron ejecutadas a quemarropa, incluiso tras haber recibido tratamiento sanitario. “Era lo normal, no algo que se escondiera. Todo el mundo lo sabía”, apuntó otro de los militares citados.
Otro de los casos más graves incluye la muerte de un afgano herido que fue degollado por un militar que pidió a su superior que no le disparara porque quería “sangre para el cuchillo”.
En cuanto a la colocación de armas en cadáveres, un exmiembro del SAS asegura que llevaba varios fusiles AK-47 plegables en la mochila con este único fin. Otros explican que portaban granadas sin explosivo solo para utilizarlas para fotografías.
También se modificaban los informes rutinariamente y los oficiales ayudaban a sus militares a cargo a “endulzar” el lenguaje para evitar investigaciones de la policía militar. “Sabíamos cómo escribir sobre un incidente grave para que no se investigara. Esos informes eran ficción”, aseguró otro veterano.
Un oficial de inteligencia del SBS ha reconocido que había informes sobre tiroteos en los que las fotografías mostraban claramente solo disparos en la cabeza a corta distancia.
Colaboración de fuerzas afganas
El programa revela además que los militares de las fuerzas especiales afganas que colaboraron con las tropas británicas también se vieron implicados en estas acciones y ejecuciones, por lo que posteriormente se negaron a acompañar a las fuerzas del SAS.
Incluso el expresidente afgano Hamid Karzai informó en varias ocasiones de esta cuestión al entonces primer ministro británico, David Cameron, pero desde la oficina de prensa de Cameron han rechazado que Karzai le trasladara casos concretos de abusos de las fuerzas británicas.
De hecho, el programa denuncia que el entonces jefe de las fuerzas especiales británicas, el general Gwyn Jenkins, rechazó posteriormente las solicitudes para ser acogidos en Reino Unido de miles de miembros de las Fuerzas Armadas afganas que fueron testigos de estas prácticas.
Este rechazo del visado impedía que fueran llamados como testigos en la investigación abierta sobre el comportamiento de los militares británicos en Afganistán y además los dejaba a merced de las represalias los talibanes, que tomaron el poder en agosto de 2021. Algunos de estos militares fueron torturados y asesinados por el nuevo régimen afgano.
Crímenes de soldados australianos
El reportaje de la BBC también permite asociar acciones similares de militares australianos en Afganistán.
Asesinatos a sangre fría, alejados del fragor de la batalla y, en algunos casos, cometidos por los soldados más jóvenes como rito iniciático de guerra.
Una investigación interna de las FF.AA. desveló hace unos años que soldados de élite australianos desplegados en Afganistán asesinaron de esta forma a decenas de civiles y prisioneros. El demoledor informe deja en evidencia unos abusos que a menudo permanecen ocultos en zonas de combate remotas y abrió la puerta a futuras investigaciones por crímenes de guerra.
El entonces jefe de las fuerzas de defensa de Australia, el general Angus Campbell, dijo que estas acciones fueron el resultado de una “cultura distorsionada” y una “competitividad tóxica” que echó raíces en un grupúsculo de las fuerzas especiales, las mejor preparadas para la contienda.
Incluso, la conducta criminal de los efectivos ingleses llevó al alto mando a pedir disculpas en esa oportunidad. “En nombre de la Fuerza de Defensa Australiana, al pueblo de Afganistán, sinceramente y sin reservas, le pido perdón por cualquier irregularidad cometida por soldados australianos”, dijo el general Campbell ante la prensa cuando se conocieron los hechos ocurridos entre 2005 y 2016.
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